Las cubiertas vegetales producen un efecto protector de la superficie del suelo aumentando así la estabilidad de los agregados, disminuyendo la mineralización de la materia orgánica y aumentando el contenido de carbono.
En las condiciones climáticas mediterráneas se favorece la mineralización de la materia orgánica disminuyendo el contenido de carbono en suelos dedicados a cultivos leñosos.
Te lo explicamos en este vídeo: